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Enviado por Wanda Gruenwald el Dom, 13/02/2011 - 17:40
EDUCACIÓN Y EQUIDAD DE GÉNERO
 
“La educación es un derecho humano y constituye un instrumento indispensable para lograr los objetivos de la igualdad, el desarrollo y la paz. La educación no discriminatoria beneficia tanto a las niñas como a los niños y, de esa manera, conduce en última instancia a relaciones más igualitarias entre mujeres y hombres. La igualdad de acceso a la educación y la obtención de educación son necesarias para que más mujeres se conviertan en agentes de cambio. La alfabetización de la mujer es importante para mejorar la salud, la nutrición y la educación en la familia, así como para habilitar a la mujer para participar en la adopción de decisiones en la sociedad. Ha quedado demostrado que la inversión en la educación y la capacitación formal y no formal de las niñas y las mujeres, que tiene un rendimiento social y económico excepcionalmente alto, es uno de los mejores medios de lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento económico a la vez sostenido y sostenible”.
 
Declaración de la Plataforma de Acción de Beijing.
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995).
 
El tema de la RIDEF 2012 encaja perfectamente con los Objetivos del Milenio. Especialmente con el 2 y el 3.
 
  • Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal.
- Asegurar que en 2015, la infancia de cualquier parte, niños y niñas por igual, sean capaces de completar un ciclo completo de enseñanza primaria.
 
  • Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
- Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes de finales de 2015.
 
Por otra parte, la OEI presentó en octubre de 2008 un documento titulado «Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios». En él se analizó la situación educativa de Iberoamérica, los proyectos ya en marcha, los desafíos existentes y se fijaron metas, entre las que destacamos la de suprimir las disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria y lograr la igualdad entre los géneros en relación con la educación, en particular garantizando a las jóvenes un acceso pleno y equitativo a una educación básica de buena calidad.
Las opiniones más conservadoras estiman que 55 millones de niñas siguen sin estar escolarizadas y que al menos 23 países corren el riesgo de no lograr la educación primaria universal para el año 2015, tal como proponen los objetivos de desarrollo del Milenio.
 Pese a los avances importantes en el África subsahariana y en el Asia meridional y occidental, son precisamente en estas regiones donde las niñas sufren con mayor gravedad la falta de oportunidades educativas; en el sur de Asia 23,5 millones de niñas no asisten a la escuela, en el centro y en el oeste de África prácticamente la mitad de las niñas son también excluidas.
A este panorama desalentador deben sumarse el 25% de las personas mayores de 15 años que son analfabetas en Centroamérica, principalmente niñas y mujeres pobres, indígenas y residentes de las zonas rurales
La falta de consecución de los derechos de las niñas obedece a decisiones u omisiones atribuibles exclusivamente a los adultos; pero tal como prevé la Convención sobre los Derechos de la Infancia, será imposible hallar soluciones óptimas a esos problemas sin la participación de las niñas y las adolescentes en los asuntos que les conciernen. 
Consecuentemente, la búsqueda de oportunidades y alternativas para las niñas y con las niñas debería facilitar una nueva lectura de los procesos de democratización en todos los ámbitos del quehacer público, en los que las personas menores de edad sean incluidas en la toma de decisiones y en los mecanismos de rendición de cuentas de los adultos. La pedagogía Freinet tiene como principal seña de identidad dar la palabra a las niñas y a los niños, la democracia en la escuela.
El 56% de la población mundial en edad escolar aún vive en países que no han logrado la paridad de género en la educación primaria y en el caso de la educación secundaria, se eleva al 87%, pues las desventajas de las adolescentes continúan incrementándose.
Al concluir el año 2005 sabemos que el objetivo de la paridad de género que contemplan los objetivos de desarrollo del Milenio fracasó en 94 países de los 149 de los que se dispone información.
 Ochenta y seis países se encuentran en riesgo de no lograr la paridad de género  para el año 2015; 76 países ni siquiera han alcanzado la paridad de género en la educación primaria y las disparidades siguen sufriéndolas las niñas y las adolescentes.
De haberse cumplido el objetivo, hoy habría 14 millones más de niñas en la escuela primaria, pero lo cierto es que en 41 países -que corresponden a 20 millones de las niñas que no asisten a la escuela- la brecha de género se está profundizando o se está estrechando tan lentamente que la paridad no se logrará hasta el año 2040 y 115 países (de los 172 que cuentan con información disponible) aún se constatan disparidades en la educación secundaria.
La discriminación que sufren las niñas y las adolescentes en el ámbito escolar, se debe, en buena medida, a la falta de modelos educativos femeninos por la escasa contratación de maestras y a la ausencia de formación permanente en sensibilización y capacitación de género dirigidos a maestras y maestros.
Para eliminar los prejuicios sobre la enseñanza de las niñas, una medida importante es fomentar la presencia de modelos de referencia positivos, como son las maestras que pueden alentar a las niñas a seguir cursando estudios. Estudios que son la base para lograr el desarrollo de sus potencialidades y la independencia vital y económica, alcanzando así mayores cuotas de libertad e igualdad.
Muchos países en desarrollo padecen un déficit de maestras, en particular en los niveles secundario y terciario. Además es necesario fomentar la capacitación profesional y la sensibilización de las que ya están en el ámbito escolar, para que puedan ser profesionales eficaces y promotoras de la igualdad de género.
Todos nuestros esfuerzos se centran ahora en conseguir financiación para subvencionar los gastos de asistencia a la RIDEF de profesorado del tercer mundo, especialmente de maestras que no tienen los medios económicos que les permitan viajar hasta León.
 
*Los datos son de los informes “El derecho a la educación de las niñas” del Relator Especial sobre el derecho a la educación, de la ONU Sr. V. Muñoz Villalobos y las “Metas Educativas 2021: “la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”.